Un sofá de piel es el mobiliario ideal para darle ese toque especial a cualquier habitación o salón, sin embargo, es una pieza decorativa que requiere ciertas normas de higiene y cuidados para que pueda mantenerse en perfecto estado. Lo ideal es conocer las propiedades de la piel del sofá para determinar con exactitud las herramientas necesarias para poder limpiar y dejar como nuevo este tipo de mueble.
Los sofás de piel son un tipo de mobiliario que se ha popularizado por sus inconfundibles características, con la forma tradicional del sofá, su superficie está recubierta por una capa sintética con poros que le dan esa apariencia vanguardista, sofisticada y elegante. Un sofá de piel siempre será la atracción visual de cualquier habitación, ya que, sus proporciones y apariencia siempre llaman la atención.
Contar con un sofá de piel siempre será un acierto a la hora de decorar los espacios, sin embargo, este tipo de mobiliario requiere ciertas reglas de higiene para poder mantenerse en las mejores condiciones. Lo ideal es ubicar el sofá en un lugar donde no se exponga a ningún tipo de maltrato, bien sea porque cuente con condiciones térmicas reguladas y que no esté en contacto directo con la luz del sol.
La humedad jugará un papel fundamental en la vida del sofá de piel, debido a que las partículas de agua serán su principal enemiga. Se deben evitar las temperaturas extremadamente bajas que produzcan un efecto de congelación en la superficie, así como también, se debe reducir cualquier riesgo de que abundantes cantidades de agua estén en contacto directo con este tipo de superficies.
Errores más comunes a la hora de limpiar un sofá de piel
Aunque tradicionalmente los sofás de piel se limpien con agua y jabón, el error más común es usar demasiada cantidad de agua. Debido a la porosidad de este tipo de muebles, las partículas de agua se pueden quedar adheridas por más tiempo originando humedad excesiva y la posible aparición de hongos y otro tipo de microorganismos. Lo ideal es aplicar un paño humedecido con poca agua y jabón, para luego repasar con un paño seco.
Otro de los errores que se comete con frecuencia con los sofás de piel, es que después de humedecerse, se ubican directamente a la luz solar para que se sequen. Esto puede acelerar de manera desmedida el deterioro del mueble, ya que, la piel sintética no está preparada para soportar de manera directa los rayos solares. El principal daño es que el color se empieza a perder y la piel se empieza a tostar y endurecer.
Es de suma importancia reducir el exceso tanto del agua como de la luz solar, estos agentes pueden desgastar la superficie del sofá de piel. En cuanto al jabón, también deberá ser aplicado en cantidades moderadas, si se aplica demasiada cantidad y no se retira lo suficiente, esto puede originar una serie de manchas que podrían ser permanentes en la superficie, dañando el aspecto de una pieza decorativa tan importante.
Sustancias corrosivas que no se deben aplicar a sofás de piel
La limpieza de los sofás de piel debe apuntar siempre a implementos sencillos como agua y jabón suave, que puede provenir de algún detergente para ropa diluido en agua. Las sustancias que no se deben aplicar en este tipo de mobiliarios son los blanqueadores, quita grasas y otros químicos para limpiar pisos o paredes. La mayoría de este tipo de implementos de limpieza son fabricados para superficies resistentes, no para una piel sintética.
Los químicos como blanqueadores pueden corroer la superficie del sofá de piel, creando manchas, despigmentándolo y hasta causando el quiebre de la piel. Mientras que los quita grasas pueden generar manchas parciales o totales, ya que, fueron creados para remover residuos desde metales recubiertos, no de este tipo de fibras que son delicadas.