¡Cómo nos alegran la vida estos pequeños! De hecho llegan a ella para revolucionarla por completo. Les preparamos su habitación meses antes con gran esmero, nos preocupamos porque vivan en una casa segura y donde nos les falte de nada pero claro… son bebés y van literalmente a la suya algo que puede ir en detrimento de la calidad y el bienestar de nuestra sofá, ¿a qué nos referimos? Te contamos cómo proceder a una bonita convivencia de nuestro bebé con el sofá de casa. ¡Toma nota!
Obviamente no queremos decir con ello que el sofá es un peligro para el bebé, ni mucho menos. Como en cualquier situación, estancia de la casa o sobre cualquier mueble que esté, tenemos que tener mil ojos para que el bebé no se caiga y se haga daño también si lo dejamos solo en el sofá. Su curiosidad innata puede hacer que el bebé trepe por el sofá y termine cayendo al suelo provocándose un severo golpe. Sin embargo el sofá también puede sufrir ante la naturalidad de nuestro bebé.
Con esto queremos decir que es preciso establecer una protección extra del sofá de casa si tenemos pequeñines en casa. Por ejemplo, cuando los subimos o se suben al sofá puede ocurrir que en sus zapatos lleven hebillas y sobre todo en los sofás de piel éstas pueden ser perjudicables para el tapizado provocando ya no solo ralladuras sino incluso rasgar la piel del mismo sofá.
Otro tema importante es confiarnos y que el bebé en el sofá se miccione encima, sin avisar, es algo natural entre los más pequeños. ¿Qué ocurriría en este sentido? Que te tocaría lavar enseguida el sofá para que el pis no cale en el tapizado y se quede también una mancha para los restos. O tengas que buscar trucos a veces complicados para eliminar este inconveniente.
Fundas para sofás: imprescindibles
Imagínate que le damos de comer en el sofá, porque estamos a gusto con él ahí o buscamos también nuestra comodidad. En ocasiones los bebés realizan aspavientos involuntarios y pueden tirar la comida. Si ésta cae en el sofá puede mancharlo y depende de qué comida la mancha puede ser severa, ¡nunca te olvides de proteger tu sofá con una funda y no solo eso sino también bajo de la funda con otra de plástico! Máxima protección para tu sofá.
Sabemos que a los bebés les encanta pintar, y que a veces los más rebeldes pintan todo y cuando decimos todo incluimos el sofá. Elige fundas con gomas que sean difíciles de apartar por si se les ocurre coger sus colores y manchar la funda del sofá que en el caso de rotuladores puede ser nefasto para él. Mucho cuidado. Y por último el tema de sus uñitas.
En ocasiones estas son afiladas y simplemente la fuerza para acceder a él puede hacer que el bebé ralle el tapizado. No permitas que esto ocurre, protege tu sofá siempre con lo que hemos comentado anteriormente: una buena funda de plástico y encima una funda de sofá. ¡Toma nota!