Mucho ha llovido desde los sofás cama de antaño hasta los que te puedes encontrar hoy en día en el mercado. Sofás Cama Cruces dispone de un amplio catálogo de sofás cama donde la calidad y el diseño van de la mano, con modelos tan diferentes como gustos y espacios propios disponemos en casa. Como es lógico, el paso de los años también afecta al estado de tu sofá cama. Su continuo uso y otros factores externos pueden restarle consistencia y el estado físico perfecto que tenía cuando lo compraste. En tus manos está cuidarlo un poco más con estos consejos para evitar el desgaste de tu sofá cama.
Claro está, cuanto más cuidemos el sofá cama que compremos, más nos durará. Y cuanto mejor lo cuidemos, mejor se conservará. ¿Tienes pensado comprar un sofá cama o acabas de comprarte un sofá cama? Nada mejor que poner en práctica estos consejos para evitar el desgaste. Intenta que tu sofá cama te dure igual de bien que el primer día. Si quieres, puedes.
- Comprar un cubre sofá. No cabe duda que esta medida debes tomarla desde el primer día. Cube el sofá cama con un cubre sofá para evitar que las rozaduras, el polvo, los golpes o por ejemplo, el vertido de líquidos puedan dañar su tapicería.
- Sacudir cabezales. De vez en cuando no está mal que sacudas los cabezales o la parte donde apoyas la espalda en tu sofá cama, tanto si éstos son de quita y pon como fijos. No solo eliminarás polvo si no que ayudarás a que estén menos rígidos.
- Remover el relleno. Evitarás con esto que el relleno de tu sofá cama, por muy resistente que sea, se apelmace. Date cuenta que en ocasiones este mueble apenas se usa, solo para visitas. Además si estás acostumbrado a sentarte en un lado, ve cambiando y evitarás que una parte se estropee o deforme antes.
- Cambiar el relleno. No es una mala idea actualizar tu sofá cama y aunque quizás es más económico comprarte uno nuevo cuando veas que éste necesita de una “reforma”, puedes optar por llevarlo a arreglar, tapizar de nuevo y/o cambiarle el relleno.
- Limpiar de forma continua. No se trata de una limpieza a fondo todas las semanas pero sí, limpiar de forma continua tu sofá cama para un mejor mantenimiento. Lo mejor es optar por una aspiradora pequeña, un cepillo y un trapo húmedo. Nada más. No uses productos corrosivos que pueden ser los causantes de la “defunción” de tu sofá.
- Cuidar la luz natural. El calor, cómo no, daña la tapicería y que a tu sofá cama le dé el sol de forma perenne puede hacer que se destinte y deteriore con el paso de los años. Controla mucho la luz natural que le da y ojo, también en invierno la colocación de estufas muy próximas a la tapicería.
- No a los saltos. Recuerda que tu sofá cama es en realidad eso, un sofá, no una cama en sí misma por muy cómodo que te parezca. No saltes encima pensando que es igual de duro que tu cama porque puedes romper algún lado o su mecanismo interior para plegar y desplegar la cama. Traslada este mensaje a tus pequeños.
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