¿Qué tienes en cuenta al comprar un sofá cama? Que sea confortable, que su textura sea agradable, que el tamaño sea proporcional a nuestra estancia y sobre todo que sea económico. Pero, ¿tenemos en cuenta el color? Te queremos mostrar la importancia de los colores en el mobiliario y especialmente en el sector del sofá.
Que los colores tienen su relevancia y que no cualquiera vale no es una tendencia innovadora del siglo XXI. La cromoterapia es una pseudociencia que tiene sus orígenes en el siglo X, desde que el filósofo Avicena desarrollase una teoría en la que afirmaba que era posible encontrar en el color un síntoma observable de la enfermedad. Es una técnica cada vez más desarrollada en la medicina alternativa junto a otras como la reflexología o el shiatsu. Quizás hoy descubras que al comprar un sofá cama ahora hay otro aspecto que no debes descuidar, ya que además de por la concordancia con el color y el estilo de tu mobiliario, el color de tu sofá cama significará y aportará al hogar otras muchas cosas. ¿No lo crees? ¡Presta atención al trasfondo terapéutico de cada color!
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Azul: Comenzamos por un color frío que simboliza el equilibrio y la frescura. A nuestro hogar aportará serenidad, armonía, estabilidad y relax. El azul nos evocará al mar y al sonido de las olas. A partir de aquí podremos combinar nuestro sofá cama azul con otros colores en el resto del mobiliario y las paredes, jugando siempre con nuestra imaginación.
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Verde: Siguiendo en la gama de los colores fríos, una de las opciones más clásicas a la hora de comprar un sofá cama suele ser el color verde en sus diferentes tonalidades. Representa la naturaleza y se asociará al crecimiento, la esperanza y la vida. Este color transmitirá tranquilidad y frescura. Solemos verlo en los hospitales debido a su significado natural y purificador.
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Blanco: Si optamos por comprar un sofá cama blanco estaremos apostando por la tranquilidad y la reflexión, aunque deberemos tener cuidado, ya que su mantenimiento es más difícil, especialmente si tenemos niños que pudiesen ensuciarlo. Sentarnos en un sofá blanco es sentir calma, serenidad, pureza e inocencia. La pureza de este color la encontramos en el día a día, pues a los bebés, a los niños de comunión y a las novias en el día de su boda se les viste con esta tonalidad. Las ventajas de este color las hallaremos en su capacidad para dar una sensación de amplitud y luminosidad. Nuestro sofá blanco combinará perfectamente con otros colores como el gris piedra, el crema o el negro.
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Rojo: Cierra la gama de colores “passepartout” junto a los tres anteriores, los cuales son los que mejor se combinan a varios estilos. Elegir un sofá cama rojo es elegir un color activo, enérgico, pasional y fuerte. Es un color muy navideño, pero a la par no es recomendable en habitaciones, ya que puede llegar a producir estrés y nerviosismo. Cada vez son más los hogares y salas de estar en los que podemos contemplar sofás en diferentes tonalidades de este color.
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Naranja: Podemos apostar por este color cálido para nuestro sofá cama. Nos recuerda al amanecer o la puesta de sol, promoviendo la creatividad e incluso el apetito, lo cual nos explica su gran presencia en los comedores de las casas o en algunos restaurantes. Aporta una sensación de comodidad y confort.
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Rosa: Comprar un sofá cama rosa es sinónimo de delicadeza, ternura, sensibilidad y feminidad, aunque desde la aristocracia se ha venido demostrando que el rosa es un color de ambos sexos. Nos gusta para el dormitorio de nuestra hija o para nuestro dormitorio de matrimonio, siempre y cuando seamos capaces de combinar el rosa de nuestro sofá con tonalidades pastel o muebles en madera.
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Violeta: Considerado el color el poder y la violencia. Muchas veces, comprar un sofá violeta ha sido considerado sinónimo de comprar una plaza en un país de magia, brujería y fantasía. Se recomienda jugar con todas sus tonalidades hasta encontrar la que más nos guste y combinarlo con el blanco para aportar luminosidad a nuestra estancia.
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Amarillo: Nos recordará al sol en un día caluroso de verano, aunque también podrá generar sensación de calor si nos sentamos en un sofá amarillo en pleno invierno. Es un color antidepresivo y transmite felicidad, espontaneidad y alegría. Es el color ideal a la hora de colocar un sofá en nuestro estudio, ya que despertará nuestra creatividad y estimulará el cerebro. Podemos crear un ambiente tranquilo y sosegado si lo combinamos con el color marrón o un color pastel; el sol y la tierra.
A la hora de comprar un sofá cama imagínate que estás comprándote unos zapatos, es decir, escoge aquel capaz de aportar elegancia a tu hogar, pero también aquel en el que te sientas más cómodo física y mentalmente.
¿Y qué color será el mejor para crear un salón romántico? En este artículo te damos algunas pistas.