Llegas cansado de trabajar y te tiras en el sofá. Está lloviendo fuera, hace un frío que pela, y te tiras en el sofá con la manta. Es domingo, tienes resaca de ayer, y te tiras en el sofá con la manta y el analgésico. Para darle tantos usos, qué mejor que comprar un sofá de calidad capaz de ser nuestro mejor compañero en los peores momentos.
Muchas veces nos entra ese arrebato de cambiar ciertas cosas del mobiliario de nuestra casa y de sustituir los antiguos muebles o elementos decorativos por piezas más selectas y modernas. El sofá es patrimonio del descanso de nuestro hogar, por lo que cuando éste ya ha cumplido el cupo de sesiones de descanso, manchas de café y pipas escondidas tras los cojines, llega el momento de cambiarlo. No darle la suficiente importancia al hecho de seleccionar y comprar un buen sofá es un error, pues en él pasaremos casi que los mejores momentos de nuestro día a día, e incluso podrá acompañarnos en instantes importantes de nuestra vida.
Cuando compramos un sofá se le pide a éste que sea amplio, confortable, suave, cómodo, cálido, práctico y económico. Existen muchos modelos de sofás, de diferentes tamaños, formas y colores, pero lo que se busca es que sea práctico e ideal para diferentes usos que podamos darle en diferentes etapas de nuestra vida. Seguro que habrás compartido momentos especiales en tu sofá o tienes en mente cosas que podrías hacer en tu nuevo sofá recién comprado. ¡Te presentamos 10 planes perfectos por si aún no se te ha ocurrido alguno!
1. Relax tras un día agotador: Vienes de la universidad o del trabajo y el cuerpo solo te pide descansar. Te quitas los zapatos y te tiras en el sofá, con o sin la tele. ¡Es el mejor lugar para desconectar y recargar nuestras pilas!
2. Rincón con nuestras mascotas: Aunque los pelos, las manchas o las huellas pueden parecer un problema, realmente si tienes mascotas buscas comprar un sofá en el que compartir momentos de relax, juego y descanso junto a ellas. Acaricia a tu conejo, mima a tu gato o juega con tu perro. El mejor amigo del hombre también es el mejor acompañante en el sofá.
3. Cuando estamos enfermos: ¿Qué nos pide el cuerpo cuando estamos enfermos? Una manta gruesa, un vaso de leche caliente, un paracetamol y un sofá confortable en el que poder pasar las horas en las que los virus se han apoderado de nuestro cuerpo. Cuando te duele todo el cuerpo, no hay mejor cura que descansar en el sofá.
4. Días de lluvia: Cuando hace frío, está el día cerrado en lluvia o acabas de pasar una jornada de fiesta, lo único que te pide el cuerpo es quedarte calentito en casa, descansando en tu sofá.
5. Dormir la siesta: La siesta no sería patrimonio de la sociedad española si no fuese por el sofá. ¡Las siestas no se duermen en la cama! Las siestas fueron creadas para dormirlas sentado, con el cuello torcido y con un documental de periquitos en la televisión. ¡Cuidado si la baba se nos cae!, porque entonces estaremos manchando a nuestro incondicional compañero en el viaje de los sueños.
6. Momentos románticos: Todos hemos compartido un rato de caricias, besos y abrazos en compañía de aquella persona a la que queremos. ¿Hay algo más bonito? Un lugar cómodo, placentero y convertido en escenario del amor.
7. Escenas de pasión: Y del amor a la práctica sexual solo hay un paso. Es un clásico estrenar el sofá que hemos comprado con nuestra pareja dándole el uso que hasta entonces le dábamos a la cama. ¡Es el mejor lugar para desatar la pasión sin frenos!
8. El mejor comedor: ¿Por qué levantarse del sofá y sentarse a comer a la mesa? Hoy en día hasta existen mesas extensibles que se pueden arrimar al sofá para que éste ya acabe de ser nuestro sillón perpetuo.
9. Butaca de cine: Es verdad que no puedes ver películas de estreno, pero el que no se consuela es porque no quiere. Además de que puedes ver el cine que más te gusta en pijama, con manta y con un buen bol de palomitas, puedes parar la película tantas veces como te gustase. Aunque te cueste reconocerlo, el sofá es tu butaca favorita.
10. Cama para visitas: Cuando compras un sofá también sueles pensar en la posibilidad de que algún amigo o familiar alguna vez se quedase en casa a dormir, por lo que debes escoger un sofá que haga las funciones de cama para ti, pero también para esos invitados inesperados. Un chaise longue suele ser el preferido por las visitas.